viernes, 11 de enero de 2019

Diario sobre el flipped

Bueno, pues en esta entrada voy a escribir sobre qué opinión me merece este nueva metodología.
Me parece algo muy interesante, puesto que estamos en el siglo XXI, y nuestra de manera de enseñar a los alumnos no puede ser la misma de hacer 50 años.
La nuevas tecnologías están en plena vigencia, y nuestros alumnos, acceden a ellas desde muy pequeños. Es desde la escuela donde les tenemos que enseñar a hacer un buen uso de las mismas, y que las utilicen para sacar su máximo provecho en beneficio propio.
Hoy en día se puede encontrar cualquier explicación de cualquier tema en internet. Es por ello, que la labor del docente actual, es que su alumnado pueda acceder a diferentes materiales, vídeos, ejercicios y explicaciones desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Que se pueda ver la misma clase todas las veces que uno necesite para entender cualquier concepto o tema, es algo con lo que no habíamos soñado ni en nuestros mejores sueños.
Mucho ha cambiado la vida en los últimos 20 años, y la educación, como tal, no puede quedarse atrás. Se tiene que adaptar a los nuevos tiempos. Y una de las mejores maneras de hacerlo es utilizando la metodología flipped classroom. Pero no todo es color de rosa. Hay inconvenientes, y muchos.
Por ejemplo, no todos los alumnos tienen acceso a internet en sus casas. (Pensemos que hay muchas familias desfavorecidas económicamente que no peden permitirse ese lujo).
No todas las familias están dispuestas a que sus hijos reciban la lección en casa, porque... para eso están los profesores.
Aunque creamos que nuestros alumnos son muy tecnológicos, nada más lejos de la realidad. Muchos de ellos no saben  enviar un correo electrónico, o adjuntar un documento al mismo. Sus teléfonos móviles tienen cientos de aplicaciones muy útiles para poder ver, crear, editar, compartir... todo tipo de información, pero no los utilizan porque nadie les ha dicho cómo hacerlo.
Si añadimos que hay centros en los que el teléfono móvil está prohibido (porque seamos realistas. Los alumnos no hacen un buen uso de los mismos), y muchos de ellos no tienen un ordenador portátil o una tableta que llevar a clase y los ordenadores de los centros están para tirar a la basura (no funcionan o se quedan colgados cada dos por tres), hace que sea muy difícil el uso y aprendizaje de las nuevas tecnologías.
Aparte, el tiempo que implica. Preparar las clases de manera invertida, lleva mucho más esfuerzo para el docente. Quizás sin tanta burocracia, podríamos dedicarnos más a lo que de verdad nos interesa a todos los que nos dedicamos a la educación: nuestros alumn@s.
Pero sólo es mi opinión

No hay comentarios:

Publicar un comentario